miércoles, 25 de marzo de 2015

Pan Pyrex o Pan Milagro





Hoy os traigo una receta sencilla de algo que es fundamental como acompañamiento de cualquier comida, desayuno, picoteo.. el pan!!!!

El pan es una mis manías en los últimos tiempos. Concretamente desde que han proliferado todas esas mal llamadas panaderías que venden pan recién horneado pero que de pan tienen poco tal y como yo lo concibo.

Se trata de pan congelado y tan solo horneado en el momento de la venta que, si bien es tierno y delicioso en un principio, en apenas unas horas se vuelve correoso primero y duro después.

En casa tenemos la suerte de tener un panadero (esta vez si, panadero de verdad) que nos trae el pan a la puerta pero ocurre a veces que se acaba y es por eso que me vi en la necesidad de aprender a hacerlo.

Hay recetas para llenar mil blogs, muchas de ellas muy y con resultados increíbles. Pero esta receta que os quiero enseñar hoy es sencilla, rápida y nos sacará de un apuro si se presenta alguien a merendar, cenar o simplemente si queremos tenerlo para la mañana siguiente.

El nombre de este pan aparece en múltiples blogs porque eso es lo que uno piensa cuando lo hace, que es un milagro tener un pan tan rápido y tan fácil.

Necesitaremos:

  • 175 ml de agua tibia
  • 20 ml de aceite de oliva
  • 1 sobre de levadura de panadería
  • 310 gr de harina de fuerza
  • 1 cucharadita de sal

 
Cuando hacemos recetas de repostería, panes y similares, es muy útil pesar y preparar todos los ingredientes para ir añadiendo según necesitemos sin tener que parar en cada paso. Nos dará tranquilidad a la hora de hacer cualquier receta.


  1. En un bol mediano mezclamos con unas varillas el agua tibia, el aceite y la levadura y cuando la mezcla sea homogénea la iremos añadiendo a otro bol (en esta ocasión uno de tamaño grande) en el que tendremos previamente pesada la harina mientras vamos removiendo primero con una cuchara de madera y después con las manos cuando tengamos la suficiente consistencia. Podemos, incluso, poner la masa sobre la encimera y ahí trabajarla con comodidad añadiendo un poco más de harina si fuera necesario.
  2. Cuando tengamos la masa elástica y no se nos pegue a las manos le daremos forma redonda y chata, como una hogaza, y la pondremos en un pyrex redondo engrasado con aceite de oliva. Pintaremos también la hogaza y la espolvorearemos con harina, le haremos unos cortes en la parte de arriba y la hornearemos, con el horno frío (si, si, no es necesario precalentarlo) 40 minutos a 220º.


Ya veréis que sorpresa, cómo crece, que corteza tan crujiente se queda y que sabor a pan. 

Y mirad que miga.... no me digáis que no dan ganas de cocinar algo con una buena salsa y perder el tino mojando!!!


 Espero que os animéis a hacerlo y me contéis que tal os ha ido.


martes, 24 de marzo de 2015

Rollos de canela



Como os contaba en al anterior entrada, ha sido mi cumpleaños y ya que este año he pasado sin fiesta y gran tarta me he dado el pequeño lujo de un desayuno especial.

También os digo que no hace falta que sea vuestro cumpleaños, sirven para celebrar un aniversario, un empleo nuevo o simplemente que ha salido el sol o que las nubes están preciosas para desayunar bajo ellas en la terraza... cualquier excusa es buena para darse un capricho!


Para la masa de los rollos necesitaremos 

  • 675 gr de harina de trigo especial para repostería
  • 1 sobre de levadura de panadero (no química, la que es especial panadero que suele estar al ladito)
  • 250 ml de leche
  • 75 gr de mantequilla
  • 75 gr de azúcar
  • 3 huevos
  • 1/2 cucharadita de sal


  1. En un bol amplio ponemos la mitad de la harina y el sobre de levadura y mezclamos. 
  2. En un cazo al fuego ponemos la leche, la mantequilla, el azúcar y la sal y sin que llegue a hervir, derretimos la mantequilla.
  3. Cuando esté la mantequilla derretida en la leche vamos echándola sobre la harina reservada y batiendo con las varillas manuales poco a poco.
  4. Una vez acabada la leche hacemos lo mismo con los huevosincorporándolos uno a uno al bol y batiendo hasta integrarlos antes de echar el siguiente.
     
  5. Cuando acabemos de batir los huevos usaremos la batidora eléctrica con el gancho de masas (un gancho gordo y en espiral en la mayoría) y después de batir unos minutos hasta que la masa sea completamente homogénea iremos añadiendo el resto de la harina a velocidad media. Si no tenemos una batidora esto último podemos hacerlo a mano, sobre la encimera de la cocina y trabajando hasta integrar la harina por completo. Como no es una receta gigante no nos costará demasiado esfuerzo.
  6. Pasamos la masa a un bol amplio y dejamos que repose un par de horas, hasta que veamos que su volumen se duplica.
  7. Tras este reposo, sacamos la masa, la desinflamos un poco, la dejamos otros 10 minutos  en los que aprovecharemos para preparar el relleno consistente en:

    •  3 cucharadas de canela
    •  1 pizca de jengibre
    •  1 pizca de cardamomo
    •  1 pizca de nuez moscada
    •  150 gr de azúcar moreno
    •  35 gr de harina
    •  120 gr de mantequilla fría y cortada en taquitos


  1. Meclamos todo esto con unos cuchillos para no deshacer la mantequilla del todo y vamos a estirar la masa en un cuadrado de unos 30x30 cm.
  2. Esparcimos la mezcla de canela en la masa dejando apenas un borde libre que untaremos con nata líquida para que se pegue y enrollamos. Una vez tengamos el rollo cortamos en rodajas que iremos poniendo en una fuente que podamos meter al horno (por ejemplo una pyrex) bien untada con mantquilla.
  3. Dejamos reposar otra hora para que los bollos crezcan un poco, pintamos con nata y horneamos en horno precalentado a 190º de 25 a 30 minutos.
  4. Cuando los saquemos del horno los rociaremos con una mezcla de 2 cucharadas de nata y  de azúcar glass que le darán el definitivo toque final y delicioso.

Se que esta receta es de esas que cuesta hacer cuando ves los tiempos, sobre todo pensando en un desayuno, pero existe un truco ideal que consiste en hacer todo el proceso, por ejemplo durante la tarde (y teniendo en cuenta que no pasa nada porque en vez de 2 horas la masa repose 3 si por ejemplo tenemos que salir) y una vez los pongamos en la fuente de horno meterlos en la nevera toda la noche y por la mañana solo tendremos que hornearlos. Esto es lo que yo hago la mayoría de las veces y quedan geniales.

sábado, 21 de marzo de 2015

Calamares con papas






Aquí estoy una semana más con un plato rico, sano, sencillo y que como la primavera parece que se resiste y aún hace fresco por muchos sitios seguro que apetece. Además estamos en Cuaresma, y hay que comer más pescado los viernes para cumplir con los preceptos.

Lo he copiado de Velocidad Cuchara una página fantástica de recetas de Thermomix y más, aunque yo lo he preparado a la manera tradicional y así os lo traigo.

Necesitaremos

1/2 kg de calamares limpios y troceados
1 cebolla
1/2 kg de papas peladas (unas 3 de tamaño mediano)
1 vaso y medio de caldo de pescado o agua 
1/2 vaso de vino blanco
1 hoja de laurel 
1 cucharadita de pimentón
1 pizca de pimienta negra recién molida
aceite y sal (dependerá del caldo o agua la cantidad de sal)


En una cazuela sofreimos la cebolla en trozos pequeños durante 10 min, que quede bien pochada. 

Añadimos los calamares, la cucharadita de pimentón, un poco de pimienta negra y la hoja de laurel y les damos unas vueltas a fuego fuerte para que sellen (esto es que la carne se cierre y así conserve su ternura y no quede seca).

Cuando todos los calamares estén blancos (es decir, hayan perdido el color crudo) añadimos las papas, peladas y chascadas en trozos medianos, cubrimos con el agua o caldo, el vino, y dejamos que se cocine una media hora a fuego medio-alto.

Y ya está, no tiene ninguna dificultad y de verdad que está delicioso.


sábado, 14 de marzo de 2015

Las Magdalenas







Y las llamo así porque no son unas magdalenas cualquiera, son las mejores y tienen club de fans propio, os lo aseguro. Cualquiera que las prueba quiere repetir.
En casa nos encantan las magdalenas para el desayuno o la merienda y después de probar diferentes recetas, todas riquísimas, dí un día, en un foro de cocina con esta. Las llaman Magdalenas de Nata (la receta era de una forera supongo, pero no recuerdo su nombre, hace demasiado tiempo) y son una delicia, esponjosas, suaves pero con un sabor muy característico. Recuerdan a las de los pueblos, a las que se hacen en hornos de pan.

Vamos con la receta:




  • 4 huevos
  • 250 gr de azúcar blanca
  • Ralladura de 1 limón
  • 250 ml aceite de girasol
  • 100 ml de nata líquida (para montar, con 35% de materia grasa, no las especiales de cocina)
  • 350 gr de harina
  • 1 sobre de levadura química (tipo Royal)

En primer lugar prepararemos las cápsulas donde hornearemos las magdalenas. Los que ya llevamos tiempo en esto de la repostería solemos tener bandejas de silicona o metal donde introducir las cápsulas de papel para hornear pero aquellos que estéis empezando y no queráis aún invertir en ellas podéis haceros con una opción sencilla y económica. Son los moldes de aluminio que venden en los supermercados, dentro de ellos pondremos los papelillos para que la magdalena aguante la forma.
Una vez preparado esto en la bandeja (o bandejas) de horno empezamos.

  1. Batimos, con unas varillas eléctricas (o robot), en un bol bien amplio los huevos con el azúcar durante al menos 5 minutos y hasta que veamos que la mezlca es espumosa y ligera. Añadimos la ralladura de limón y seguimos batiendo otros 5 minutos. El secreto de las magdalenas es que esta mezcla tenga mucho aire, de ahí el largo batido, para que salgan esponjosas.
  2. Después incorporamos la nata y el aceite y continuamos con el batido hasta que se vea una mezlca homogénea.
  3. Por último echamos la harina, previamente mezclada con la levadura, y mezclamos bien, con movimientos envolventes, suaves.
  4. Vertemos la masa en los moldes y dejamos que repose 20 minutos mientras se calienta el horno a 230 grados.
  5. Pasado el reposo espolvoreamos un poco de azúcar sobre la masa y metemos al horno, bajando la temperatura a 220º, y horneando 10-15 minutos.

En repostería es muy arriesgado hablar de tiempos ya que no todos los hornos tranbajan igual. Por eso los tiempos son estimados. 
Las magdalenas estarán cuando hayan subido, el copete se haya abierto y el azucar tenga por algunas zonas un toque más dorado.
Una cosa muy importante cuando horneamos masas de repostería es no abrir el horno antes del tiempo, ya que corremos el riesgo de que la entrada de aire frío del exterior de al traste con lo que estemos haciendo.

Con estas cantidades os salen unas 24 magdalenas, que parecen muchas pero... en casa no duran nada!!! Aún así, podéis dividir y hacer la mitad de la receta, queda igual de buena.

Animáos a hacerlas que veréis que salen bien siempre... que se lo pregunten a mi amiga Raquel de No me quites mi sofá

jueves, 12 de marzo de 2015

Arroz con pollo




Hoy os traigo otro clásico en casa, una de esas comidas que haces de manera recurrente, porque es sana, sencilla, los niños se la comen de maravilla y además está riquísima. Esta receta es de mi padre, a él se la he visto hacer, domingo tras domingo durante años, y soy capaz de hacerla con los ojos cerrados, pero siempre la suya estará más rica para mi!
Hoy le he puesto alcachofas porque hay en el mercado en estos días pero si no las hay, pues no se ponen que no pasa nada.

  • 1/2 cebolla grande
  • 1/2 pimiento (rojo o verde o de los dos)
  • 1/2 pollo troceado no demasiado grande
  • 2 dientes de ajo
  • 2 ramas de perejil
  • 2 alcachofas
  • 300 gr de arroz
  • agua, aceite y sal

  1. Para empezar limpiaremos y partiremos en 4 las alcachofas y para que no se pongan negras las hojas internas, las del corte, las frotaremos con medio limón.
  2. En una cazuela ponemos el fondo de aceite y rehogamos la cebolla y el pimiento troceado al gusto. A mi me gusta poner trozos medianos pero si preferís ponerlos muy chiquititos para apenas notarlo hacedlo así. 
  3. Cuando la cebolla está transparente echaremos los trozos de pollo, con el fuego más bien fuerte, para que se doren por fuera y así sellar la carne y conseguir que quede más tierna tras la cocción. En este tipo de platos es mejor no quitar la piel al pollo ya que esta aporta mucho sabor al plato.
  4. Una vez el pollo está dorado por fuera añadiremos agua a la cazuela siguiendo las indicaciones del fabricante del arroz (normalmente suele ser a razón de 2 medidas de agua por cada una de arroz, pero mejor lo miramos para asegurarnos). 
  5. Ponemos las alcachofas y dejamos que empiece a cocinarse. 
  6. Mientras, haremos un majado en el mortero con el ajo y el perejil al que añadiremos una cucharada de sal y lo echamos en el agua que habrá empezado a hervir. 
  7. Dejamos que se cocine a fuego medio un mínimo de 30 minutos para que la carne quede tierna y las alcachofas se hagan bien. 
  8. Si tenemos tiempo, podemos ponerlo a fuego bajo y dejarlo 1 hora o incluso 2 antes de echar el arroz. Este tipo de guisos, cuanta más cocción lleven más sabor tendrá el plato, pero no siempre hay tiempo así que lo adaptamos a nuestras necesidades.
  9. Una vez pasado el tiempo de cocción que tengamos, añadimos el arroz, meneamos un poco la cazuela para que se reparta bien (nunca, nunca metáis una cuchara o cualquier otro utensilio en un arroz de este tipo pues haréis una pasta al soltar este el almidón) y dejamos que cueza el tiempo indicado por el fabricante del arroz.

En casa cuando quedan unos minutos paramos el fuego y tapamos el arroz con un paño y la tapa y de ese modo se termina de hacer con el calor que queda en la cazuela y no se pasa.

Ya que hablamos de arroz os contaré que no soy muy devota de los arroces "que no se pasan". Tengo la sensación de que saben un poco a plástico, que no cogen los sabores de los ingredientes. Yo uso un arroz de grano largo aunque también podéis usar uno redondo, es de esas cosas que van en el gusto de la persona.

Espero que os animéis a hacerla!

domingo, 8 de marzo de 2015

Postre de limón y merengue



Hoy os traigo un postre muy típico en mi casa, de hecho es el favorito de mi hermano y siempre que hay algo que celebrar, o no, mi madre lo prepara.
Es un postre sencillísimo en cuanto a sus ingredientes y preparación, de hecho es de esos que puedes preparar con lo que siempre hay en las casas, huevos, galletas, limones...


Para la base:

  • 180 gr. de galletas (maría, Digestive... al gusto)
  • 80 gr. de mantequilla derretida

Para la crema de limón:

  • Una lata de leche condensada pequeña
  • La medida de la lata de leche, de zumo de limón
  • 4 yemas de huevo

Para el merengue:

  • 4 claras de huevo
  • 200 gr. de azúcar

  1. En primer lugar trituraremos las galletas, con un robot o, si no tenemos, metiéndolas en un bolsa y pasando encima el rodillo hasta que las veamos hechas migas. 
  2. Mezclamos las galletas con la mantequilla derretida y con esto hacemos la base del postre. Podemos hacerlo en una fuente de cristal o cerámica, un molde de tarta de aluminio o como yo en esta ocasión, en unos vasitos individuales.
  3. En un bol vertemos la leche condensada y las yemas de huevo y mezclamos con unas varillas.
  4. A continuación añadimos el zumo de limón y seguimos mezclando hasta conseguir una crema homogénea. No os preocupéis si la veis algo líquida ya que con el reposo espesa. 
  5. Reservamos en la nevera para que la crema vaya cogiendo consistencia.
  6. Por último, en un bol grande o en un robot, si disponemos de uno, montamos las claras a punto de nieve. Es decir, batimos con varillas enérgicamente y cuando empiece a espumar comenzaremos a echar cucharadas de azúcar hasta conseguir el dulzor deseado (yo suelo echar unos 200 gr pero como digo, va en gustos). Sabremos que el merengue está bien montado cuando al levantar las varillas no caiga nada de ellas, el merengue estará duro y se quedará pegado.
  7. Ponemos el merengue sobre la capa de limón y llevamos a la nevera hasta el momento de consumir.

Lo ideal para este postre es un reposo medio-largo, 6 horas o una noche completa si es para el día siguiente pero en un apuro con 4 horas estará bien.