Hoy os traigo una receta sencilla de algo que es fundamental como acompañamiento de cualquier comida, desayuno, picoteo.. el pan!!!!
El pan es una mis manías en los últimos tiempos. Concretamente desde que han proliferado todas esas mal llamadas panaderías que venden pan recién horneado pero que de pan tienen poco tal y como yo lo concibo.
Se trata de pan congelado y tan solo horneado en el momento de la venta que, si bien es tierno y delicioso en un principio, en apenas unas horas se vuelve correoso primero y duro después.
En casa tenemos la suerte de tener un panadero (esta vez si, panadero de verdad) que nos trae el pan a la puerta pero ocurre a veces que se acaba y es por eso que me vi en la necesidad de aprender a hacerlo.
Hay recetas para llenar mil blogs, muchas de ellas muy y con resultados increíbles. Pero esta receta que os quiero enseñar hoy es sencilla, rápida y nos sacará de un apuro si se presenta alguien a merendar, cenar o simplemente si queremos tenerlo para la mañana siguiente.
El nombre de este pan aparece en múltiples blogs porque eso es lo que uno piensa cuando lo hace, que es un milagro tener un pan tan rápido y tan fácil.
Necesitaremos:
- 175 ml de agua tibia
- 20 ml de aceite de oliva
- 1 sobre de levadura de panadería
- 310 gr de harina de fuerza
- 1 cucharadita de sal
Cuando hacemos recetas de repostería, panes y similares, es muy útil pesar y preparar todos los ingredientes para ir añadiendo según necesitemos sin tener que parar en cada paso. Nos dará tranquilidad a la hora de hacer cualquier receta.
- En un bol mediano mezclamos con unas varillas el agua tibia, el aceite y la levadura y cuando la mezcla sea homogénea la iremos añadiendo a otro bol (en esta ocasión uno de tamaño grande) en el que tendremos previamente pesada la harina mientras vamos removiendo primero con una cuchara de madera y después con las manos cuando tengamos la suficiente consistencia. Podemos, incluso, poner la masa sobre la encimera y ahí trabajarla con comodidad añadiendo un poco más de harina si fuera necesario.
- Cuando tengamos la masa elástica y no
se nos pegue a las manos le daremos forma redonda y chata, como una
hogaza, y la pondremos en un pyrex redondo engrasado con aceite de
oliva. Pintaremos también la hogaza y la espolvorearemos con harina, le
haremos unos cortes en la parte de arriba y la hornearemos, con el horno
frío (si, si, no es necesario precalentarlo) 40 minutos a 220º.
Ya veréis que sorpresa, cómo crece, que corteza tan crujiente se queda y que sabor a pan.
Y mirad que miga.... no me digáis que no dan ganas de cocinar algo con una buena salsa y perder el tino mojando!!!
Espero que os animéis a hacerlo y me contéis que tal os ha ido.
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