Ya me han tirado de las orejas, tengo esto un poco abandonadillo, lo sé, pero últimamente voy a las carreras, he vuelto a trabajar, por las tardes hasta hace bien poco no había buena luz para las fotos y los fines de semana no me cunden nada con tres enanos!!!
Pero bueno, basta de excusas, que si que es verdad que querer es poder así que "a Dios pongo por testigo que nunca... volveré a abandonaros tanto tiempo"!!!!!
Vamos al lío! Os traigo un postre delicioso, suave pero intenso en sabor, una mousse de gofio.
Los que sois de aquí, desde donde escribo, Canarias, sabéis bien que es el gofio, el resto puede que tengáis dudas así que os explico.
El gofio es simplemente harina tostada, generalmente de maíz, aunque también puede ser de trigo, de cebada, mezcla de dos o de los tres cereales... lo que le da diferentes matices.
Aunque hoy os lo pongo en una receta dulce lo cierto es que también hay preparaciones saladas con el como la pella de gofio, se puede añadir a potajes caldosos, es un aditivo muy usado en los biberones de los pequeños cuando se les empiezan a introducir en la dieta los cereales... Os dejo un enlace por si queréis saber más cosas de este rico alimento que en la cocina canaria es muy importante: qué es el gofio?
Aunque es algo muy canario, me consta que en muchos supermercados de la España peninsular (la península a secas que decimos por aquí) podéis encontrarlo! Y si no siempre me podéis pedir que os lleve un kilito cuando vaya (que la mayoría de las que me leéis sois mis amigas ;)
Ingredientes:
- 3 huevos
- 200 ml de leche condensada
- 5 cucharadas colmadas de gofio
- 500 ml de nata líquida para montar
- un chorreón de leche (como 3 cucharadas o así)
Preparación:
- En primer lugar separamos las claras de las yemas.
- Montamos las claras, con una pizca de sal, a punto de nieve y reservamos.
- Por otro lado en un bol grande montamos la nata con las varillas eléctricas y reservamos igualmente en la nevera.
- En un bol pequeño mezclamos las yemas con la leche condensada.
- Cuando estén bien integradas añadimos el gofio y unimos bien antes de echar el chorrito de leche que dará un poco de suavidad a la mezcla.
- Unimos la mezcla de yemas y gofio a la nata con movimientos envolventes y suaves para que no se baje.
- Por último incorporamos las claras a punto de nieve muy suavemente, también con movimientos envolventes como hemos hecho con la nata.
- Vertemos en vasitos o copas de postre individuales y dejamos reposar un mínimo de 6 horas en la nevera, de un día para otro mejor!
A la hora de servir podemos decorar con unas almendras laminadas o en crocanti... le dará un toque crujiente y la almendra casa a la perfección con el sabor tostado del gofio.